Ubicada al suroeste de Irlanda en el condado de Kerry se encuentra killarney una de las ciudades más pintorescas de todo el país. Su belleza está dada principalmente por contar con un entorno natural extraordinario siendo sus paisajes valorados como los más bonitos de la nación.  Igualmente su historia y sus monumentos representan un gran atractivo así como el parque nacional de killarney para quienes visitan Irlanda.

Cómo llegar

En avión:

El aeropuerto más cercano se encuentra en Cork con vuelos regulares al resto de Europa y Estados Unidos. La distancia que separa Killarney de Cork se pueden recorrer fácilmente en auto en una hora aproximadamente.

En tren:

También se puede acceder a Killarney en tren. El servicio ferroviario resulta bastante efectivo y mediante su uso pasajeros de distintos lugares de Europa llegan a killarney sin complicaciones.

En autobús:

Para quienes prefieren viajar en autobús desde Cork es posible llegar a Killarney usando este medio de transporte.  Desde el Aeropuerto existe una salida de buses que van hasta el centro de la ciudad. En dependencia de la ruta seleccionado que puede ser la 751 la 236 o la 226 A el recorrido puede durar alrededor de 2 horas y 30 minutos.

¿Qué ver en Killarney?

Casco histórico

Habíamos mencionado que gran parte del encanto de esta hermosa ciudad radica en sus edificios patrimoniales. Entre los monumentos más emblemáticos se destaca la Catedral de Santa María.  Se trata de un edificio que todo el que visita Killarney debe conocer debido a su gran belleza y sobre todo a su valor histórico. Fue construida entre los años 1842 y 1855 y diseñada por el destacado arquitecto Augustus Welby Pugin. Es reconocida entre las Iglesias neogóticas más importantes del siglo XIX, así como una de las más grandes del territorio irlandés.

Llegar a ella no es complicado si se va desde el centro de la ciudad, incluso es un trayecto que se puede hacer a pie de manera muy cómoda.

Vida nocturna

Si bien Killarney ofrece atractivas propuestas para disfrutar durante el día, debemos mencionar que muchos prefieren su vida nocturna. Es durante estas horas del día que la ciudad experimenta mayor actividad. Sobre todo en sus bares y discotecas, siendo los más famosos el Hannigan’s Bar and Restaurant, The Shire Bar & Café y Courtney’s Bar.

Es Killarney un excelente lugar para degustar las populares cervezas irlandesas. La cerveza artesanal es preferida por los amantes de esta bebida e Irlanda es famosa por su amplia variedad y calidad. Una parada importante es la Killarney Brewing Company, donde puedes hacer un tour por sus instalaciones y degustar distintos tipos de cervezas como la Devil’s Helles tipo pale con aromas de miel y malta, la Golden Spear Blonde tipo ale y la Casey Brothers Extra Stout tipo stout de un estilo irlandés clásico.

Parque Nacional de Killarney

Entre los espacios que mayor interés despiertan en Killarney también se encuentra el Parque Nacional de Killarney. Podemos decir que fue el primero en ser establecido bajo esa denominación en el país y, desde entonces, su tamaño a incrementado.

A día de hoy abarca alrededor de 10.236 hectáreas donde es posible acceder a una gran diversidad en especies de plantas y animales. Tanto es así que la importancia de este parque ha trascendido las fronteras de Irlanda para convertirse en un sitio de referencia en cuanto a valor ecológico se refiere. Un dato que lo evidencia es que en 1981 la UNESCO lo declaró Reserva Mundial de la Biosfera.

Para recorrer el parque, los visitantes tienen a su disposición varias rutas. Aventurarse en alguna de ellas es como entrar en un mundo completamente distinto al que conocemos. Los colores de sus impresionantes bosques de robles, la tranquilidad de sus lagos o la belleza extraordinaria de sus cascadas son capaces de enamorar al más escéptico de los turistas. Es una visita ideal para hacerla con todos los miembros de la familia pues tiene elementos atractivos para todos, incluso un castillo.

Castillo de Ross

Ubicado a orillas del lago Leane se encuentra el famoso Castillo de Ross. Esta maravillosa edificación data del siglo XV y sirvió originalmente como residencia de los O’Donoghue. Al observarlo es posible identificar en él las características típicas de una antigua fortaleza irlandesa del medioevo. En la actualidad quienes lo desean pueden visitarlo y conocer de cerca las múltiples historias que giran entorno a su construcción y primeros dueños. Una de las más populares es la que cuenta que O’Donoghue vive en el fondo del lago que rodea el castillo y desde allí vigila todo lo que sucede en sus alrededores.

Lo cierto es que muchos llegan para iniciar desde este punto diferentes rutas de senderismo o ciclismo. En verano son muy agradables los paseos en bote por el lago, siendo posible además la visita a la isla de Innisfallen.